Cada 1ro de noviembre en esta parte del mundo celebramos el día de todos los santos, en el altiplano peruano y boliviano aprovechamos en visitar las tumbas de nuestros difuntos para limpiarla, adornarla y sobre todo recordar «a quien en vida fue».
El origen de esta celebración es católica, pero gracias a la santa inquisición, y otras atrocidades, es que los nativos enmascaraban sus celebraciones ancestrales en ritos católicos, en muchas partes del mundo también recuerdan a sus muertos en esa fecha, pero aquí es particularmente especial.
Al visitar el cementerio los deudos suelen preparar comida (pan, bizcochuelo, empanadas, galletas y otros) por tres años seguidos después del fallecimiento y ofrecerla como agradecimiento a cambio de un rezo en el altar del difunto, la preparación de estos alimentos puede seguir incluso muchos años después, pero sin la necesidad de ofrecerlos en el cementerio. El cementerio es abarrotado de gente y todos participan visitando altares de amigos, familiares y también desconocidos.
El bizcochuelo que se prepara en esta fecha es el mas preciado por que es muy sabroso y escaso. Al preparar todos esos alimentos debe participar toda la familia, generalmente contratamos un horno rustico y el panadero nos guía con la compra de ingredientes y la preparación. Es toda una fiesta!
Para hacer el bizcochuelo deben batirse 40 huevos con azúcar suficiente, todos los miembros de la familia participan del batido por que es muy duro y debe ser constante hasta que llegue a un punto razonable para mezclar el resto de ingredientes (harina de maíz, polvo de hornear, alcohol, leche, y otros que no recuerdo muy bien).
Una vez listo se vierte el batido en cajas de papel armadas previamente, de una buena batida pueden salir 24-28 bizcochuelos, nosotros obtuvimos 21 solamente, para una familia numerosa 24 bizcochuelos no es nada, y deben prepararse mas batidos para cubrir la demanda, el trabajo es duro pero vale la pena por que no hay mejor bizcochuelo (o pan) que el preparado por uno mismo.
El horno no debe estar muy caliente, como ven es un horno rústico, aquí algunas tomas adicionales:
El próximo año documentaré mejor esta fiesta por que hay muchos detalles mas, quienes saben de este acontecimiento en el altiplano verán a este post muy pobre.
Update, aquí dejo la receta:
Gracias a Fany del Pilar Choque (*)
BIZCOCHUELOS
18 A 20 CAJITAS (como las de la foto)
INGREDIENTES:
1 Kilo de mandioca
30 huevos (de campo)
1 Kilo de azúcar blanca
1 copa de pisco Bogoña de Limón
2 sobres pequeños de polvo de hornear.
Jugo de 6 limones
Anís
PREPARACIÓN:
- En un recipiente grande batir las claras de los 30 huevos hasta que estén a punto de nieve.
- Ir agregando poco a poco las yemas sin dejar de batir, ni perder la consistencia de la mezcla.
- Agregar el azúcar poco a poco, sin dejar de batir hasta que la mezcla esté homogénea.
- Utilizamos un cernidor o colador para añadir a la mezcla la mandioca y el polvo de hornear, a la vez se le añade el jugo de limón más la copita de pisco, sin dejar de mezclar.
- Colocamos la mezcla en los moldes enharinados, esparcimos un poco de anís en la superficie para que le dé un sabor más agradable.
- Los metemos a un horno rústico con una temperatura regular, no muy caliente, por lo menos por 15 minutos.
(*) Fany comenta: Resaltan los que hacen los bizcochuelo «con énfasis» que los huevos deben ser de preferencia de gallinas de campo o criadas por uno mismo, porque «dicen» que sus yemas tienen mejor color (más anaranjados), esto para que los bizcochuelos salgan con un aspecto más apetecible.